Si estás familiarizado con el mundillo del anime/manga, seguramente en más de una ocasión te has topado con el termino fujoshi ya sea dentro de foros de discusión, blogs, redes sociales, etc. Muchas jóvenes se autodenominan de esta manera al demostrar su gran fanatismo por uno de los géneros de anime/manga más polémicos y considerado tabú por muchos: el yaoi.
¿Qué es el Yaoi?
Antes de hablar sobre el controvertido y misterioso mundo fujoshi tenemos que comprender que es el yaoi y como miles de jóvenes se hicieron aficionadas a él, convirtiendo al género en un éxito para la industria del entretenimiento japones.
El término yaoi fue creado por las mangakas Yasuko Sakata y Akiko Hatsu, proviene de la contracción de las palabras japonesas Yama nashi, ochi nashi, imi nashi que significa «sin clímax», «sin desenlace» o «sin sentido» también es conocido como Boys’ Love (BL). El término yaoi se utiliza para denotar la representación artística, erótica, sexual o romántica de relaciones entre dos individuos de sexo masculino. La palabra se utiliza con mayor frecuencia dentro del anime, manga y series live action en donde encontramos un mayor número de historias con esta temática. El yaoi se caracteriza porque sus personajes principales se ajustan al estereotipo del seme (figura dominante) y el uke (figura sumisa).
El nacimiento de un polémico género: Del shōjo al yaoi
El género yaoi tomo como inspiración en sus primeros años a las series de televisión y películas occidentales de la década de los 70’s sobre todo las que tenían personajes masculinos como protagonistas. Una de ellas fue Star Trek donde las seguidoras de la serie comenzaron a hacer bromas sobre la posible relación homosexual entre dos de los personajes mas importantes de la saga. Pronto estas bromas pasaron a ser fan fics ( historias alternas escritas por los fans) donde la pareja favorita fue Kirk/Spock. Otras series occidentales como Starksy & Hutch y Blake’s 7 tenían como personajes principales a hombres atractivos y contenían escenas que ponían a volar la imaginación de las fans.
En la conservadora sociedad nipona de los 70’s las autoras de manga shōjo (para chicas) se aventuraron a publicar de manera oficial las primeras historias sobre relaciones platónicas entre chicos, las cuales eran conocidas como tanbi o shōnen-ai. En la misma década , comenzó a ser popular el dōjinshi que son historias cortas creadas por las fans de series de moda, quienes modificaban la historia agregando una relación homosexual entre los personajes más atractivos convirtiéndolos en amantes.
La serie de manga de Keiko Takemiya, Kaze to Ki no Uta, publicada por primera vez en 1976, fue pionera en representar relaciones abiertamente homosexuales entre hombres y mostrar escenas de contenido sexual. A pesar de lo polémico que llegó a ser el manga contó con gran aceptación por parte de las chicas quienes encontraron en Kaze to Ki no Uta, una historia que se alejaba por completo del la inocencia y dulzura del shōjo. La trama aborda temas complejos y considerados tabú por la sociedad como el clasicismo, homofobia, incesto, pedofilia, violación, prostitución y abuso de drogas. Para las chicas de los 70’s acostumbradas a leer melosas historias de amor Kaze to Ki no Uta les abriría los ojos hacia un nuevo tipo de historias.
A su vez, la mangaka Kaouru Kurimoto, escribió numerosos shōnen-ai a finales de los años setenta que también han sido descritos como precursores del género. Su novela Mayonaka no Tenshi “El ángel de medianoche” jugó un papel muy importante en la concepción del yaoi y shōnen-ai como nuevos géneros antes de que llegaran a popularizarse en formato de manga. De hecho, fue una de las principales responsables en la creación de June, la primera revista yaoi publicada en Japón, en la que participó con varias historias y artículos.
Los fans y la popularidad del género
Para la década de los 90’s se acuñó el término Boys’ Love o BL, que finalmente se convirtió en la manera más popular para referirse al género en Japón. A pesar de que el yaoi deriva principalmente del manga shōjo y todavía apunta a una misma demografía ( adolescentes y mujeres jóvenes ) muchos hombres comenzaron a consumirlo con mayor frecuencia.
El yaoi comenzó a tener más adeptos, a pesar de que las relaciones homosexuales no son bien vistas Japón. En 1998 , ante el éxito salen a la luz cada vez más revistas , editoriales y sitios web especializados en el género.
En la primeros años del nuevo milenio muchas editoriales cayeron en bancarrota, pero los fans rescataron al género ya que traducían, editaban y escaneaban de forma ilegal los mangas para compartirlos a través de Internet (sobre todo en el popular sitio japones 2chan) así como los capítulos de las series de anime y live action, lo que propicio la difusión del yaoi más allá de las fronteras de Japón. El Internet se convirtió en el medio preferido para compartir este tipo de historias, siendo los mangas hechos por fanáticos los más numerosos , aunque las obras publicadas de manera oficial seguían contando con bastante popularidad.
Solamente en el 2008 el mercado yaoi había recaudado ¥ 12 mil millones ( $ 118.098.612 US) y una evaluación de su valor se cotizaba en la modesta suma de ¥ 21,300,000,000 (US$ 209.625.036,906 ) entre 2009 y 2010.
Las fujoshis , el alma del yaoi
La popularidad del género seguía creciendo en todos los rincones del mundo gracias a lo sencillo que era encontrar y compartir distintas series y publicadores yaoi a través de Internet. Además las chicas preferían conseguir e intercambiar material de este tipo vía web que comprarlo abiertamente en un algún establecimiento, debido al temor que les provoca ser juzgadas. Sin embargo no estaban solas con su incomprendida afición, rápidamente aparecieron en Internet foros, blogs, clubs de fans, galerías de imágenes, y toda clase de sitios web dedicados al yaoi.
Las mujeres amantes del yaoi pasaron a ser denominadas fujoshi, un término que se volvió popular entre la comunidad otaku. La palabra en japones se escribe como 婦女 子, con 腐 que significa podrido y 女子 niña o mujer. Fujoshi se traduce como «mujer podrida», a pesar de que el término tiene un tono satírico, algunas personas lo consideran de mal gusto, sobretodo porque es despectivo al estar ligado al estereotipo de un mujer corrompida, pervertida y fetichista que es diametralmente opuesto al ideal de mujer para los japoneses que enaltecen virtudes como la pureza e inocencia .
A los chicos que les gusta el yaoi se les denomino fudanshi que significa «chico podrido” o “chico retorcido”, el cuál se emplea, en la mayoría de los casos, al igual que con las chicas como un término despectivo. Generalmente estos jóvenes son mal vistos por la sociedad o inmediatamente se les califica como chicos gays aunque no necesariamente lo sean.
Es por ello que en muchas ocasiones las chicas fujoshi y los chicos fudanshi ocultan sus preferencias y es muy raro que las expresen en público y fuera de un contexto que no sea otaku. Incluso los fanáticos del anime/manga constantemente expresan comentarios despectivos hacia ellos, por lo que el fandom yaoi suele ser muy cerrado e incluso a creado su propio lenguaje.
Una crítica constante hacia las fujoshi , por parte de fanáticos de otros géneros, es que toman a personajes que no son del género yaoi, ya sea de manga/anime, cine, series, etc. para producir historias e imágenes de temática gay. Algunas de estas imágenes se filtran de los foros yaoi y acaban viralizandose a través de Internet incomodando a los seguidores de esas obras. Por ejemplo Goku y Vegeta (Dragon Ball) Naruto y Sasuke (Naruto) Shaka de Virgo y Aoiria de Leo (Saint Seiya) , Eren y Levi (Shingeki no Kyojin) entre un infinito, etc. Han sido parejas formadas por las atrevidas mentes de las fujoshis.
En Japón, esto se convirtió en un problema para editoriales y productoras quienes consideraban que este tipo de material no oficial y de naturaleza homosexual manchaba la esencia de las obras originales e influía negativamente en el segmento del mercado al cuál estaba dirigido, alejando a los seguidores habituales de las obras, por lo que solicitaron a los autores hacer modificaciones en la trama para evitar en lo posible que cualquier situación entre personajes diera pie a la creación de material yaoi.
El gran misterio: ¿Porqué a las mujeres les gusta el yaoi?
Al contrario de lo que muchos pudieran pensar el yaoi fue concebido para ser consumido por mujeres heterosexuales, no necesariamente por hombres gay u otros miembros de la comunidad LGBT.
He aquí algunas teorías del por que las mujeres se ven atraídas por el yaoi:
No hay chicas: Ni el fanservice que ello conlleva. Los personajes son chicos muy atractivos que cumplen con el estereotipo uke: chico pasivo, de aspecto frágil , delicado y femenino y seme: chico activo más robusto, alto y varonil. En la relación de este tipo de personajes no existen personajes femeninos que se interpongan, por lo que las fujoshis no ven a otras chicas (aunque sean ficticias) como competencia, amenaza o incluso envidia. Sino que las fujoshis cumplen su papel de observadoras, identificándose con el uke, en la mayoría de las veces.
Diversidad en la trama: En el yaoi existen todas clases de historias, desde los típicos romances escolares hasta llegar al hentai. Sus historias se desarrollan en contextos propios de otros géneros como en competencias deportivas, batallas intergalácticas, mundos mágicos, etc. siendo más versátil que los típicos melodramas propios del shōjo.
Más acción: En el yaoi los encuentros amorosos suceden mucho más rápido que en shōjo. Los besos, caricias e incluso relaciones sexuales pueden acontecer desde los primeros episodios, a diferencia del shōjo en el que pueden pasar años (literal) para que los protagonistas se declaren su amor y varios capítulos más para llegar a su primer beso (si es que se lo dan).
Amor imposible: Siempre esta presente el factor de amor prohibido y el drama que ello conlleva. La trama puede llegar a ser mucho más apasionante y emocionante que las historias de cuento de hadas del shōjo.
Todos son hermosos: Los chicos yaoi son bastante idealizados y su belleza puede llegar a rozar lo femenino como en el caso de los uke. Sus cuerpos delgados, rasgos finos, vestimenta cool y comportamiento que va desde el chico sumiso y tímido, el tsundere (altanero y hostil pero en el fondo amoroso) hasta el varonil y dominante es lo que hace que las chicas se enganchen a ellos. Recordemos que el yaoi esta pensado para ser disfrutado por chicas no para representar a un hombre gay de manera fidedigna.
Los chicos son vulnerables: Los hombres de las historias yaoi son bastante emocionales independientemente del rol que tengan asignado. En el yaoi los hombres derraman lágrimas, se ruborizan, se ponen celosos, románticos, etc. a diferencia de los hombres de la vida real que tienden a ser más cerrados con sus emociones y poco expresivos.
Erotismo: Las chicas ven en el yaoi una forma de entretenimiento erótico que despierta sus emociones y genera morbo. El yaoi esta plagado de escenas comprometedoras, románticas y sexuales que varían en intensidad. A diferencia del shōjo que puede ser bastante aburrido en este aspecto ya que las cosas suceden muy lentamente , el yaoi es por mucho más interesante.
El yaoi se convierte en objeto de criticas
La comunidad LGBT tiene opiniones divididas sobre el yaoi. Algunas personas argumentan que los personajes yaoi son demasiado estereotipados y tanto su apariencia como su conductas están alejadas completamente de la realidad. Otro punto que destacan es que los personajes yaoi rara vez se definen así mismos como homosexuales, de hecho esta palabra prácticamente no existe dentro de las historias yaoi. En su lugar los personajes expresan su amor a otros pero no lo ligan con una preferencia sexual definida.
El activista japonés de los derechos homosexuales, Masaki Satō, criticó a los aficionados del yaoi y a sus mismos autores en una carta abierta, escribiendo que «el género carece de información exacta sobre hombres homosexuales y convenientemente evita el verdadero prejuicio y discriminación que estos hombres reciben de la sociedad. Más importante aún, la representación de hombres gays como individuos ricos, guapos y bien educados son simplemente un medio para alimentar las fantasías de masturbación de mujeres heterosexuales». Ante esto se dio un extenso debate con fans y artistas del yaoi que argumentaron que «el yaoi es entretenimiento para mujeres, no para educar sobre homosexualidad», y que los personajes del yaoi no están hechos para representar a «hombres gay reales». De hecho los mangas yaoi prácticamente no hacen hincapié en temas que preocupan a la comunidad LGBT como la igualdad de derechos, combate a la discriminación y homofobia, sino que prefieren retratar a un amor idílico , romántico, divertido y excitante.
En China, el yaoi adquirió popularidad a finales de los años 90, atrayendo una atención mediática mayormente negativa, la cual se centro en el desafío que planteaba el género a la hegemonía heterosexual. Publicar y distribuir obras yaoi es actualmente ilegal en la China continental, debido a que los personajes, en su mayoría, menores de edad, se involucran en situaciones románticas y sexuales con adultos, por lo que se considera pornografía infantil.
La autora Youka Nitta ha dicho que «incluso en Japón, leer yaoi no es algo que los padres alienten». Recordemos que en Japón los temas relacionados con la sexualidad son de carácter muy privado. De hecho, las manifestaciones de afecto en público para cualquier orientación sexual no son bien vistas ya que se considera actuar de manera indecorosa y una falta de respeto hacia los demás.
Japón no cuenta con una ley que prohíba las relaciones entre el mismo sexo, pero tampoco reconoce el matrimonio homosexual, únicamente en algunas ciudades como Sapporo a las parejas del mismo sexo se les otorga el estatus de relación matrimonial, que les permite acceder a ciertos derechos pero no es considerado como un matrimonio formal ni se les permite gozar de los mismos beneficios.
Esta doble moral japonesa provoca que los fans del yaoi sean bastante discretos con sus gustos ante una sociedad que evalúa comportamientos y apariencias , por lo que únicamente expresan y comparten su afición dentro de grupos selectos de personas. En Japón la privacidad es muy importante, por lo que tanto fujoshis y fudanshis pueden seguir siéndolo pero dentro de sus habitaciones y en contextos adecuados. Por ejemplo en 2006 varias personas protestaron contra la la biblioteca pública de la ciudad de Sakai, en Osaka porque contaba con un acervo de mangas yaoi, y se decía que los habían prestado a menores, no obstante el acervo terminó por conservarse ya que el retirarlo se considero como «una forma de discriminación sexual».
Mitos y prejuicios del yaoi
Los fanáticos del yaoi son homosexuales: El género fue concebido por mujeres heterosexuales para ser disfrutado por mujeres heterosexuales y sigue estando dirigido al mismo público. Aunque cualquiera puede consumirlo cualquier persona independientemente de sus preferencias sexuales.
El yaoi es porno gay: Existen diferentes tipos de yaoi pero la mayoría de ellos no son sexualmente muy explícitos y esto se debe a que va dirigido a mujeres. Las chicas desean ver erotismo y sensualidad entre dos chicos atractivos, no a hombres corpulentos y sudorosos teniendo sexo en un remolque, para ello existe un sub-género llamado Bara, que puede ser considerado porno, pero que muy difícilmente una chica soportaría ver .
Las fujoshis y los fudanshis son unos pervertidos: Esta idea viene de concepciones homofóbicas, donde la homosexualidad es en sí misma una enfermedad y quien la padece tiene una mente sucia y retorcida. El yaoi solo es un producto más de la industria del entretenimiento japones y muchos de sus seguidores lo son por lo atractivo de sus personajes , trama y fanservice pero no necesariamente por un bizarro gusto fetichista.
Ver yaoi te volverá gay: La mayoría de los fanáticos del yaoi son heterosexuales contrario a lo que muchos podrían pensar y ello no influye en sus preferencias sexuales ya que lo ven como un pasatiempo más. Sin embargo miembros de la comunidad LGBT también son fans de yaoi.
¿Te gusta el yaoi? ¿Te consideras fujoshi? Déjame conocer tu opinión.
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